viernes, 8 de julio de 2016

Ensayo para olvidarte

Ensayo para olvidarte


Es el primer poema
que escribo desde
tu despedida
mi ídolo de barro
mi amor constante
mi dulce de tamarindo

Es el primer verso
que te dedica ésta
que te quiso tanto
y tan desesperadamente
ésta que se hincó
y se paseó por tus calles
y cometió locuras
por amor

Es el primer poema
y duele
duele tanto
duele amargo
sin tequila
sin cerveza
con dolores punzantes

Es el primer dolor que te canto
desde el ombligo
de verdad quise morir por ti
y sin ti
Hasta que supe que tú y yo
NUNCA

Unicidad
Sólo él con su poder
con su belleza
con su dulzura
Sólo es  río
y mar inagotable
sólo ella con su inmensidad
sólo todos en este espacio
para olvidarte
Y me acurruqué
en su amor eterno
que pende del cielo
que aguarda constante para todos
me volví enredadera
por siempre lista
dispuesta
Sólo ella sin nombre
sólo ellos
nosotros
que en todos
somos
unos


La casa
No sé de quién es la tinta
ni la madera
ni el bejuco
No sé de quién es la casa
en que me pierdo
ni los hijos a los que amo
Oigo siempre la voz
de Federico
y los ladridos del perro perdido
de mi casa
II
Este techo que pende sobre mi
tiene mil lunares blancos
brillantes como estrellas
pero no son como el amor muerto
III
Llegaste a mi puerta
y derrumbaste mi excusa de tres días
tres días eternos
sin hablarte
sin buscarte
sin vivirte
Resulta que otro te habló de mí
y no quisiste decir mi nombre
No quisiste deletrearme
ni ser consonante en mi abecedario
IV
Tus crueldades me hieren
me matan
en verdad
me tumban
aunque no las había notado
¿para qué?
si estoy prendida a ti
¿para qué?
si no puedo olvidarte


Contigo
I
Hoy que vine a compartir mis versos
no hay nadie
y yo asumo que mis versos
son sólo tuyos
tan tuyos
que por eso
no puedo compartirlos
Apenas me atreví a escribirte aquí
a llenar las líneas solas
sin ti
apenas me atreví
a ser la que lucha
la que te dice: te amo
y te grita dulzura
II
Te dije: es el clima,
te dije: es por eso que
mi alma está tibia
y caliente mi plexo
III
Tú, sin embargo,
no me creíste y a manera de encanto
creíste que sólo era yo
la que se tornaba
calor
contigo